n un lugar de Bilbao de cuyo nombre sí quiero acordarme, unas gentes creíamos que todos merecemos una segunda oportunidad. Y una tercera… las que hagan falta.
Esas gentes soñaban con una segunda oportunidad para libros que ya habían sido disfrutados y una tercera… las que hagan falta para personas que tenían muy difícil encontrar un trabajo.
Pidieron donaciones de libros a personas que conocían y a muchas que no conocían, pues son algo testarudas (pero esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión).
Y lo han conseguido. ¡Han abierto la librería! Al principio era tan reciente que carecía de nombre, y para nombrarla había que señalarla con el dedo. Pronto la llamaron LIBU. Está en la calle Carnicería Vieja, 7, del Casco Viejo de Bilbao.
Allí cada libro, cada volumen, tiene un alma. El alma de la persona que lo escribió y de quienes lo leyeron, vivieron y soñaron gracias a él.
Las locuras dejan de serlo cuando son realizadas de forma atrevida por gente con sensibilidad. Esta gente, además, tiene muchas ideas, gran empeño, un montón de libros como nuevos… y comprando uno de ellos contribuyes a hacer realidad su proyecto. A dar nuevas oportunidades.
Y fueron felices y vendieron muchos libros.